Basta con mirar un poco hacia atrás para darse cuenta de que, la historia refleja cosas que pasan día con día y que irremediablemente pasaran muchos años para que dejen de suceder.

Sucedió con la caída del Imperio Romano, las Cruzadas, la Conquista en América y resto del mundo y recientemente con el Holocausto. Las diferencias en vez de usarlas para crecer, separaron y fueron causa de atrocidades.

Hoy en día, el ver a una persona punk, cholo, skato, rasta entre otros o inclusive de diferente color o ideología es motivo suficiente para verlo con indiferencia y hacer lo posible por evitarlo.

Es triste más bien lamentable, hace tiempo un amigo J comentaba que sólo si descubríamos que existiera vida inteligente fuera de este planeta, entonces esas diferencias entre seres humanos servirían para unirnos.

Es utópico, cierto, pero no por eso deja de ser nostálgico que la historia para nada nos ha servido y hoy como hace dos mil años, el ser “diferente” es motivo de rechazo.