Ese es un dicho común desde hace tiempo y en este tiempo mediante el cual cualquier mexicano se refería al cambio de Presidente en México.

Desafortunadamente es cierto, cada seis años se reinventa la gestión y la administración de México, difícilmente cada presidente ofrece continuidad a proyectos del anterior presidente y en su lugar instaura uno nuevo, que si bien ofrece la misma función no remedia los males aquejados por el anterior.

A partir de este momento y hasta el 2012 un gobernante dará, eso espero y ansió, lo mejor de sí, no por su partido o por sus ideales, sino por el bienestar de todo un pueblo que confío un 2 de julio en él, siendo o no legitimo.

No olvidando el estado de derecho, la constitución es el único documento el cual no se puede negociar y no se debería. Ha habido demasiadas violaciones a nuestra Carta Magna, no sólo del Poder Legislativo, Ejecutivo o Judicial si no también de nosotros los ciudadanos comunes. Es un reto del gobernante que haya no una reforma porque no lo considero viable pero si un cambio de las actitudes a fin del bienestar de cualquiera que habita hoy este país.

En el apartado de la educación, del año 2000 al 2006 ha existido una reforma a la educación secundaria, incorporación de tecnologías en el ambito educativo que si bien tienen o deberían tener continuidad es necesario una urgente gestión y administración, a propósito de lo sucedido en los últimos meses en Oaxaca y demás regiones del sureste mexicano.

En materia de salud, es necesario que se haga un análisis y juicio acerca de los cambios que suceden respecto al seguro popular que aunque es un avance presenta deficiencias y fracasos.

Del mismo modo se pude continuar juzgando los aciertos y fracasos del ahora expresidente Vicente Fox Quesada, pero lo importante y necesario es el cambio de actitud y conciencia para bsucar el beinestar no sólo de uno sino de los demás.