Así anocheció Bagdad hace ya cinco años
En realidad no es optimista escribir que esta semana se celebran cinco años de una de las guerras más estúpidas del siglo XXI. La situación actual en Irak poco ha mejorado, si es posible escribir algo así, le quitaron el poder a un dictador como lo fue Sadam Hussein y en lugar pusieron oligarcas hambrientos de petroleo.

Atrás quedo la influencia mediática nociva como tantas veces nos advirtió del flagrante peligro que era mantener en el poder a un Sadam, poseedor de armas de destrucción, capaz de poner en peligro la democracia del mundo entero y que fue una de las mentiras repetidas una y otra vez por lideres estaunidenses.

El precio del petroleo, por una parte se cotizaba hasta antes de la guerra en 20 dólares, en septiembre de ese año llegaba a los 25 dólares y actualmente se encuentra por encima de los 100 dólares.

Bush durante todo este tiempo no ha perdido la oportunidad para ensalzarse en la victoria. El 1 de mayo de 2003 a bordo de un caza en el portaaviones Abraham Lincoln, en las aguas de California decía:
“El grueso de las operaciones de combate en Irak ha terminado”

No obstante apenas empezaba, ya no era una guerra contra un ejercito, sino se volvió una guerra contra múltiples grupos insurgentes en Faluyah, Nayaf o Bagdad. Los constantes atentados contra la población civil o a tropas de ejecución. El único avance ha sido construir grandes muros que dividen Bagdad, la colaboración de Irak y las operaciones en Anbar.

Por otra parte el costo de la guerra ha superado el billón de dólares, cifra muy lejana a la pronosticada por él -sólo iba a costar 60 000 dólares-

El restablecimiento de la democracia, otro de los argumentos escuchado tantas veces, esta lejos de ser una realidad tan solo el ranking de páises democráticos coloca a Irak como uno de lo últimos países.

Por ultimo la premisa de "los iraquíes viven mejor ahora que en tiempos de Sadam", es trillado, tan sólo hay reportes que sitúan la desnutrición infantil en tiempos de Sadam era de 19% contra el 30% actual.

Luego de todas estas razones, no está de más recordar que no deberían anteponerse intereses económicos a los humanitarios, aunque claro siempre habrá quienes no les importe.

Fuentes: Guerra y paz | Recuerdos del día de mañana