En el fondo sólo son movimientos contracultura, surgidos de la necesidad de una resistencia con muchas modalidades y formas que surgen en cada tiempo y lugar.

¿Resistencia? claro la juventud tendemos a esto, tratamos de ir en contra de lo establecido. Una polaridad que se niega al poder, la opresión y la sumisión.

A lo instituido respondemos con mecanismos de una cultura que sentimos genuina, diversa, distinta y surgida de la disidencia.

Por eso hoy de forma tonta se alarman y se asustan de los emos, como ayer se asustaron de los rastafaris, eskatos, cholos, darketos y punks. Los tiempos cambiaron pero se han mantenido los prejuicios como reacción a lo distinto y que en el fondo incluso se teme, como tememos a todo lo desconocido.

Esa diferencia quizá sea la ultima autonomía existente en la actualidad. Pero lo aberrante surge cuando se trata de enfrentar a un joven contra otro joven.

En este contexto surge entonces la crítica, digamos de un señor, dicho sea así por que es cortesía a su edad biológica, más no intelectual:

...una justificación sólida [...] para dar razón a esta especie de batalla entre niños tontos disfrazados -hablo de ambos bandos-. El reportaje parece una gran oda a la lucha libre, con sus escenitas y todo. ¿De verdad no hay cosas más provechosas que hacer? ¿En qué piensa la juventud de hoy día?...


Que pretende enseñar moral y criticar la situación que vivimos la juventud, pero para lo más importante prescinde, que es el repudio a la violencia además del respeto a la diversidad de ideas, necesarias para poder entender la diversidad de personas y formas de ser en este mundo.