Científicos del Imperial College de Londres, cuyos reultados han sido publicados en la revista Earth and Planetary Science Letters,han sugerido que existen evidencias que la vida en la Tierra no se origino exactamente en ella. Su afirmación se basa en la evidencia de un meteorito donde han encontrado material genético primigenio.

Zita Martins, investigadora asociada al Departamento de Ciencias Terrestres e Ingeniería del Imperial College, describe que una parte de la materia bruta en el meteorito, estuvo implicada en la creación de las primeras moléculas de ARN y ADN.

El equipo de Martins han hallado uracilo y xantina, componentes de las moléculas de ADN y ARN, llamados nucleobases y que conforman los fragmentos de roca de llamado meteorito Murchison que cayó sobre Australia en el año 1969. Zita explica que “la primeras formas de vida pudieron haber adoptado a las nucleobases presentes en los fragmentos de meteorito para su uso en la codificación genética, lo cual les permitía transmitir con éxito sus rasgos a las generaciones posteriores”.

Los investigadores han probado que las moléculas llegaron del espacio, lo cual le da más fortaleza a la teoría de la panspernia.