No quería iniciar siendo fatalista, pero resulta algo perturbador que en la reciente Cumbre de la FAO se haya llegado al compromiso de destinar 7 mil millones de dólares para combatir la hambruna en tanto que en el 2007 los gobiernos gastaron 1.34 billones de dólares en armas.

Tal presupuesto militar supero en un 6 por ciento al destinado en el 2006 y representa un 2.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de todo el planeta. Lo anterior significa que por cada ser humano se gasto un equivalente a 202 dólares entre rifles, misiles y todo tipo de armas.

Pero el que resulta ganador de todo esta carrera armamentista es EE.UU. quien vendió un 45 por ciento de las armas comercializadas, en un comercio regido por 41 empresas estadounidenses y 34 europeas.

De acuerdo a SIPRI las razones del incremento en los gastos militares son:

"los objetivos de política exterior de cada país, las amenazas reales o supuestas, los conflictos armados y las políticas destinadas a contribuir a las operaciones multilaterales de mantenimiento de la paz, junto a la disponibilidad de recursos económicos"

El documento agrega que en América del Sur se nota un aumento en volumen de compras motivado por:

"los esfuerzos para reemplazar o modernizar el material, con el objetivo de mantener la capacidad existente, responder a amenazas predominantemente de seguridad interior, fortalecer vínculos con gobiernos proveedores, aumentar la capacidad de la industria nacional armamentista o fortalecer la imagen regional o internacional"

Europa del Este registro el mayor incremento, un aumento de 162 por ciento, siendo la zona donde más han aumentado los gastos. Rusia en tanto incremento 13 por ciento sus gastos militares y finalmente EE.UU. ha aumentado sus gastos en un 59 por ciento por los conflictos de Afganistán e Irak, siendo esta nación quien en el 2007 alcanzo un gasto superior al observado en la Segunda Guerra Mundial.

Si las armas se pudieran comer...