Anteojos de Salvador Allende, encontrados en Palacio de la Moneda, tras el bombardeo. Propiedad de Wikimedia.

La memoria colectiva hace de Salvador Allande y Ernesto "Che" Guevara héroes humanistas, rodeados de un romanticismo benéfico para el momento actual y donde se suele omitir las concepciones que tenían sobre los sistemas políticos y económicos aún vigentes, de los contextos en los que lucharon y de la ideología que profesaron.

Salvador Allende supo construir con la voluntad mayoritaria de su país un proyecto de nación basado en la estatización de la economía, nacionalización de la industria del cobre (mayor fuente de riquezas de Chile), una profunda reforma agraria, nacionalización de la Banca privada, aumento de los salarios de trabajadores y congelar los precios de mercancías.

A 35 años del fatídico 11 de septiembre de septiembre de 1973, cuando el  gobierno de Salvador Allende fue derrocado por el General Augusto Pinochet, los anhelos socialistas aún subsisten en un país de desigualdades.

Si bien es cierto que en los últimos 17 años de democracia Chile ha reducido la pobreza, donde los indicadores confirman la reducción de un 44% a un 11%, las brechas entre ricos y pobres es la mayor en América Latina.

Es la herencia de la derecha, quienes respaldados en la dictadura, vendieron a precios ridículos empresas públicas, distribuyeron la riqueza entre pocos además de privatizar la educación y servicios de salud.