La Academia de las Ciencias Sueca reconoce este año con el premio Nobel de Física a tres personas. Los reconocidos son Yoichiro Nambu, del Instituto Enrico Fermi de la Universidad de Chicago (EEUU), por el descubrimiento del mecanismo de ruptura espontánea de la simetría en la física de partículas; y comparten el premio Makoto Kobayashi de la Organización de Investihgaciones de Altas Energías (KEK) de Tsukuba (Japón), y Toshihide Maskawa, del Instituto Yukawa de Física Teórica de la Universidad de Kyoto (Japón), ambos por el descubrimiento del origen de la ruptura de simetría que predice la existencia de por lo menos tres familias de quarks en la naturaleza.

En este año donde el colisionador de hadrones pretende revolucionar el conocimiento científico que poseemos, cobra relevancia tales descubrimientos. Como recordarán el modelo estándar de partículas elementales, es hasta el momento el modelo más aceptado para explicar la realidad en la que habitamos, mediante este se unifican los principios de la materia y de las fuerzas elementales en una misma teoría.

Retomando el contexto histórico para elaborar el modelo estándar, durante los años 60 y 70 del siglo pasado, cuanto más altos niveles de energía se alcanzaban en los laboratorios, se encontraba una mayor diversidad de partículas.

Con el cada vez mayor descubrimiento de partículas, se trato de ordenar las partículas y sus interacciones, tratando de darle una lógica y una sistematicidad, que conllevo a establecer una simetría. La simetría en física se basa en establecer interacciones entre partículas, Nambu con sus investigaciones pudo explicar el porque la radioactividad tiene un alcance en distancias menores que la fuerza eléctrica y magnética, llevando a constatar que estas fuerzas son en realidad una misma. Lo cual fue útil para la construcción fundamental del modelo estándar.

Por otra parte Kobayashi y Maskawa, en 1972 propusieron tres familias de partículas fundamentales, prediciendo la aparición de dos nuevos quark (el botton y el top) que serían descubiertos más adelante cuando en el 2001 dos laboratorios en EE.UU. constataron las nuevas partículas.

Con base a estos descubrimientos fue posible explicar porque nuestro mundo no se comporta perfectamente y que se debe a rupturas en la simetría a nivel subatómico.