El sistema inmunológico es el conjunto de mecanismo que posee el cuerpo para combatir infecciones mediante la eliminación de agentes patógenos, tales patógenos abarcan desde virus hasta bacterias, haciendo que el sistema inmune sea una labor compleja que puede diferenciar entre agentes patógenos y células de un organismo.

Tal sistema tiene la capacidad de reconocer infecciones que lo han atacado en el pasado, siendo este la base del funcionamiento de las vacunas permitiendo al cuerpo actuar de forma más efectiva ante las infecciones. Luego de una infección se crean dos tipos de linfocitos, uno tiene una vida corta y es el encargado de combatir la infección, el otro tipo de linfocito conocido como célula T colaboradora que sirve como célula de memoria, es decir almacena información sobre el agente patógeno permitiendo al cuerpo activar una respuesta rápida si llegara a suceder de nueva cuenta una infección causada por el mismo agente.

Neutrófilo (en color amarillo) fagocitando la bacteria Bacillus anthracis (en naranja) causante del carbunco. Propiedad de Wikimedia Commons.

En un estudio que se publica en Science, dirigido por la investigadora Emma Teixeiro, del Departamento de Microbiología Molecular e Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri (EEUU), aclara el mecanismo de diferenciación entre ambos linfocitos. Los linfocitos T se diferencian en células de memoria debido a una serie de reacciones intracelulares que suceden en los inicios de la infección.

Para llegar a obtener resultados trabajaron con dos grupos de ratones que fueron infectados con la bacteria Listeria monocytogenes, a los cuales se les hizo modificación de las células T para que se impidiera la conversión en células de memoria.

El avance en el conocimiento del funcionamiento de los linfocitos de memoria permitirán desarrollar vacunas más efectivas y lograr descubrimientos en torno a la investigación que se realiza en las inmunoterapias contra el cáncer.

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