Pie humano. Créditos Laurel.

Ante la duda del porqué los dedos de los pies pies no son demasiado largos o son prensiles como las manos la respuesta esta en que fueron personalizados para correr.

El análisis biomecánico demuestra que los dedos de los pies largos requieren más energía y generan más tiempo de choque que los dedos cortos de pie, por lo que los dedos de pies cortos fue una de las muchas adaptaciones que permitieron a nuestros antepasados que habitaron la sabana cazar.

Los músculos de dedos largos requieren más trabajo y una mayor cantidad de fuerza para mantener la estabilidad, en comparación de los dedos de pies más cortos. En un ambiente donde era esencial correr, la selección natural favoreció a las personas con dedos cortos.

La mayoría de los primates, incluyendo al chimpancé, nuestro pariente más cercano, tienen dedos de los pies más largos. Al comparar nuestras extremidades con la de primates, los dedos de los pies de seres humanos son diminutos y con solo dos capacidades: flexión y extensión. Capacidades que la mayoría de los animales que corren tienen, a igual que dedos cortos. Especies como perros y gatos tienen también los dedos cortos. Lo que ha llevado a considerar que la anatomía del pie podría explicar que podamos correr.

La importancia de correr en los inicios de la especie Homo se puede conjeturar y mantiene una lógica. Algunos animales pueden recorrer grandes distancias y no pueden hacerlo bajo un sol abrasador (por ejemplo, lobos y hienas, requieren de un clima frío como el nocturno). La resistencia para correr debió haber sido un criterio de selección para apartarse de la manada en los primeros seres humanos.

El antropólogo Daniel Lieberman, de la Universidad de Harvard, mantiene que muchas características anatómicas modernas tienen sentido en el contexto de la sabana. Los tendones de Aquiles actúan como resortes almacenando energía, a la vez que los miembros posteriores tienen grandes articulaciones. Los músculos de las nalgas permiten la estabilización y regiones del cerebro son sensibles a la física generada por el movimiento de la carrera. Dentro de estas adaptaciones, los dedos de los pies también pueden ser consideradas.

Los seres humanos están adaptados para la resistencia en la carrera. Actualmente la especie se considera velocista, pero es también la mejor corredora de largas distancias.

No obstante la hipótesis de corredores no es aceptada de forma universal. Tanto caminar como correr emplea las mismas partes del cuerpo, dice el paleoantropólogo Jhon Hawks, de la Universidad de Wisconsin, quien no participa en el estudio. Es difícil argumentar si los pies están adaptados específicamente a la carrera y más aún para su funcionamiento en largas distancias.

No obstante Campbell Rolian quien también participa en el estudio que publica Journal of Experimental Biology, considera fiable la importancia de dedos cortos en los pies para correr. En un momento de propulsión, un pie esta en el aire y otro en el suelo, entre la mitad y tres partes del peso del cuerpo recaen sobre la parte delantera.

Al caminar, antes de dar el siguiente paso un pie debe estar en el suelo. Que es donde se transfiere parte del peso corporal. De este modo los dedos de los pies deben realizar un trabajo, para lograr un empuje.

Cuando el equipo de investigación analizó la fuerza ejercida por cinco sujetos corriendo y caminando sobre una superficie sensible a la presión, se encontró que el aumento de la longitud en un pie de tan solo 20 por ciento, producía una duplicación en la fuerza requerida. Que puede ser explicado en terminos de una máquina simple: cuanta mayor la distancia entre el punto de apoyo y la presión en una palanca es mayor la fuerza empleada.

También se observó que los dedos de los pies con mayor tamaño requerían una mayor inversión de energía en el frenado o para orientar el movimiento tanto para correr como para caminar.

El trabajo adicional requerido por dedos de pies largos y el consecuente aumento de la tensión muscular y daños, probablemente fue un factor decisisvo en la selección natural. El registro fósil, aunque irregular, ofrece evidencia, los dedos de los pies de los grandes simios son más largos que los del Australophitecus -primer homínido bipedo- que tiene los dedos de los pies más largos que los pies del Homo, genero que agrupa al hombre moderno.

Lieberman señala que los primeros Homo y sus descendientes debían tener una alimentación basada en grandes presas, pero ¿cómo cazaban nuestros diminutos antepasados antes de que crearan los primeras armas? la respuesta es que los grandes animales los perseguían.

Desde luego, en el mundo moderno perfilado a una vida sedentaria, las carrera de largas distancias son una actividad recreativa en tanto que el calzado deportivo absorbe gran parte del impacto que solía recibir un pie desnudo. Liberados de una antigua presión evolutiva ¿Qué pasará con nuestros pies?

Aunque es demasiado temprano para decirlo, es una pregunta que involucra muchos aspectos de la anatomía humana y que perfila a que por ejemplo, dado el dedo meñique no realiza un empuje, podría con el tiempo desaparecer.

§ Journal of Experimental Biology