Mercurio captado por la Sonda MESSENGER el 14 de enero de 2008. Créditos: NASA.

Mercurio es uno de los planetas que se consideraba carecía de una atmósfera. Al estar cercano al Sol, mantiene temperaturas durante el día por encima de los 450 grados Celsius y su gravedad es débil, aproximadamente un 38% de la que hay en la Tierra. Tales condiciones no harían que se mantengan la atmósfera.

Sin embargo el trabajo de la Sonda MESSENGER demostró que Mercurio poseía una atmósfera muy tenue.

"La atmósfera es tan fina que tenía que haberse desvanecido hace mucho tiempo a menos que algo la este reponiendo", narra James Slavin del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, en un comunicado.

Ese algo es el viento solar, partículas que desde el Sol fluyen y que bordean el campo magnético protector del planeta. El planeta posee vórtices magnéticos similares a tornados que permiten que las partículas provenientes del Sol puedan filtrarse, de acuerdo a Slavin y colegas. Las partículas golpean la superficie y reponen de esta forma la delgada atmósfera de Mercurio.

Se lanzan átomos

El viento solar es un plasma fino, un flujo de partículas con carga eléctrica que de forma constante salen de la superficie del Sol a una velocidad que va de los 400 a los 600 kilómetros por segundo.

Los científicos hasta hace poco no lograban comprender cómo las partículas superaban el campo magnético de Mercurio. Con el análisis de datos que recopiló la Sonda durante los dos sobrevuelos que realizo al planeta durante el 2008, junto a anteriores observaciones realizadas por la Sonda Mariner 10 entre 1974 y 1975. Tales resultados se detallan en el número del primero de mayo de la revista Science.

Tanto Mercurio como la Tierra están protegidos de la radiación solar, hasta cierto punto, mediante el campo magnético de cada planeta o también llamada magnetosfera. El Sol también posee un campo magnético, llevado por todo el Sistema Solar a través del viento solar. En los planetas, el campo del Sol se conoce como Campo Magnético Interplanetario.

Durante el último sobrevuelo Messenger mostró que la magnetosfera de Mercurio posee poros. Similares a los tornados, forma retorcidos campos magnéticos que tienen hasta 800 kilómetros de longitud o un tercio del radio del planeta. Cuando la magnetosfera de Mercurio choca con el Campo Magnético Interplanetario, se forma un evento conocido reconexión. Tal evento abre un agujero en la magnetosfera de Mercurio que permite que el viento solar pueda sacudir la fina atmósfera e impactar en la superficie del planeta.

Sin embargo aún no se conoce porque se forman más tornados de los que se anticipaban.

"La proximidad de Mercurio al Sol sólo cuenta aproximadamente con un tercio de reconexión que vemos", dice Slavin. "Será apasionante conocer como Mercurio realiza el resto de las reconexiones".

Reconexiones en la Tierra


Las reconexiones también ocurren en la magnetosfera terrestre, pero la atmósfera de la Tierra es lo suficientemente gruesa para poder proteger el planeta de la radiación cósmica.

Tanto Venus como Marte no poseen magnetosferas, peor tienen atmósferas que están expuestas a los vientos solares. Tales vientos pueden mover gases de las capas superiores de la atmósfera, provocando una lenta erosión. Venus es más volcánico que Marte, haciendo que estos volcanes aporten gases a la atmósfera que restauran los eliminados. Pero la atmósfera de Marte está desapareciendo de forma gradual y lenta, arrastrada por el viento solar.

Para el 29 de septiembre Messenger sobrevolará Mercurio por tercera vez, empezando a orbitar el planeta, lo que aumentará las operaciones científicas para marzo de 2011.

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