Retro-reflector láser instalado en la Luna. Créditos: NASA Apollo Archive.

El Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) ha enviado hace unos días imágenes de los lugares donde alunizaron las misiones Apolo que destacan por su importancia histórica. Sin embargo un instrumento a bordo del LRO corre el riesgo de resultar dañado si se continua con esta actividad. El Altímetro Láser Orbital Lunar (LOLA) instrumento que emite pulsos de rayo láser sobre la superficie con la intención de crear un mapa topográfico de la superficie lunar es apagado cada vez que se atraviesa uno de los lugares donde las misiones Apolo descendieron, todo ello para evitar que el rebote del láser sobre uno de los espejos retro-reflectores dejado por los astronautas dañe a LOLA.

Don Mitchell, propietario de una una compañía consultora en software que escribe un libro sobre la exploración Soviética en Venus, comenta en su blog sobre el problema, argumentando que si un rayo de los que emite LOL impactará sobre uno de los espejos, "el haz de luz rebotado sería 1000 veces superior al umbral de daño del detector".

El Altímetro Láser Orbital Lunar esta basado en dos instrumentos: el Altímetro Láser Orbitador de Marte (MOLA), que sobrevoló la superficie del planeta rojo en la Mars Global Surveyor; y del Altímetro Láser de Mercurio (MLA), que usa actualmente el MESSENGER. LOLA tiene la misma labor que ambos instrumentos, pero posee una precisión vertical de tres a cinco veces mayor y de largo catorce veces más a lo largo del terreno que sobrevuele la nave.

En tanto que los experimentos Retro-reflectores de Alcance Láser realizados durante las misiones Apolo XI, XIV y XV constan de distintos reflectores que hacen rebotar la luz de un rayo incidente en la dirección que proceden.

Desde que se colocaron los reflectores, el Observatorio McDonald en Texas ha lanzado lásers a estos espejos y han medido los tiempos en que es devuelto el láser. Con tales mediciones se pueden obtener datos preciso de la órbita del satélite, el índice en la Luna retrocede de la Tierra (actualmente 3.8 centímetros) además de las variaciones en la rotación de la Luna. Son los únicos experimentos que siguen en funcionamiento desde que la misiones Apolo terminaron. Los científicos rusos también colocaron reflectores como parte del programa Lunokhod.

David E. Smith, encargado de LOLA, ha confirmado que el instrumento se apaga sobre los lugares donde estuvieron las misiones Apolo y Lunokhod. Los rusos han aportado información sobre las posiciones de los alunizajes. Lunokhod-2 ha sido ubicado y es estudiado también desde la tierra. Lunokhod-1 no se ha encontrado y no se tiene la certeza sobre si su reflector esta desplegado.

Aunque tal información es posible obtener evidencia para refutar a conspiranocios pero no debe ser razón para dañar los instrumentos.

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