Representación artística de Ardi (Ardipithecus ramidus). Créditos: Science.

Science en su edición del viernes presenta a Ardi, la abreviatura de Ardipithecus ramidus, el esqueleto fósil más completo conocido -esqueleto de una hembra- que vivió en Africa hace 4,4 millones de años.

Ardipithecus ramidus se considera hasta ahora el esqueleto más antiguo de un hominino (primate bipedo), subtribu de la que actualmente sólo sobrevive el Homo Sapiens. Esta subtribu no incluye a los chimpancés ni otros simios. Como se comento previamente se trata de primates bípedos, a excepción de los más primitivos que bien pudieron ser cuadripedos o cuasí-bipedos, tales restos más antiguos no están tan completos por lo que no se pueden considerar "esqueletos fósiles". Es por esta razón que a Ardi se le relaciona con Lucy, al poseer un esqueleto con mayor estado de conservación.

Los restos descubiertos en 1993 por Tim White en Etiopía, denotaban ser de un hominino que habitó en África. Ardi era una hembra, pesaba alrededor de 50 kilógramos y tenía una estatura de 120 centímetros.

El equipo de investigadores que ha trabajado en Ardi, también ha denotado rasgos que distinguen a este hominino de los primates, Asrdi poseía colmillos pequeños, ideal para consumir hojas y vegetales pero que también muestra indicios de una alimentación que se completaba con insectos, poseía una espalda larga y curvada en lugar de corta y recta. Una vez que estaba en el suelo caminaba sobre sus nudillos a dos patas y en las ramas se movía despacio en lugar de saltar colgándose de ellas. Su cerebro, era como el de los grande simios y no como el de los seres humanos.

Basados en estudios de su cráneo, extremidades y pelvis, el equipo de White ha cambiado una idea que durante muchos años se mantuvo sobre que el ancestro común de chimpancés y homínidos era más parecido a los chimpancés, concepción que con el descubrimiento de Arni queda desmentida puesto que su aspecto es más similar a la de un hominido. Lo que de acuerdo a los investigadores, muestra que probablemente nuestra línea evolutiva no parta de animales similares a los chimpances, que caminan sobre sus nudillos y saltan de rama en rama a gran velocidad sino de simios con locomociones menos avanzadas y más primitivos que los chimpancés.

Desde Darwin en adelante, la mayoría de los científicos pensaban que la transición entre seres humanos y los chimpancés era un chimpancé. El descubrimiento de que los chimpancés comparten el 99 por ciento de nuestro ADN y que poseen muchas de las características comunes con el esqueleto encontrado en Lucy, apoyaban esta idea.

No obstante A. ramidus carece de muchas características típicas de los chimpancés, incluidos los grandes dientes caninos masculinos -un signo, dicen los investigadores, de que los agresivos comportamientos sociales observados en los chimpancés se perdieron a principios de la evolución humana. Si es así, los machos A. ramidus pudieron haber competido por la atención femenina llevándoles comida, en lugar de luchar unos contra otros. Lo que podría haber contribuido a la evolución de la conducta de vinculación de la pareja, que más tarde tomó la forma de las relaciones monógamas reproductiva.

Todo esto sugiere que los chimpancés y otros grandes simios han cambiado mucho más de lo que se pensaba desde que los taxones se separaron y que tal vez no sean tan los análogos de los humanos como los científicos se suponían.

"El efecto de modelos centrados en chimpancé para estudiar la evolución humana ha sido una tendencia a considerar que el Australopithecus poseía una transición entre un antepasado simiesco y los primeros Homo. Ardipithecus ramidus anula estas presunciones", escribió C. Owen Lovejoy, antropólogo de la Universidad Estatal de Kent. "Un chimpancé no exhibe una trayectoria evolutiva ni remotamente similar a la revelada por Ardi."

Fósiles de la familia humana. Muestra que Ardi no es el más antiguo y es precedido por otros homínidos. Créditos Science.

El descubrimiento de Ardi en conjunto con otros durante los últimos diecisiete años ha permitido entender con mayor exactitud la evolución del ser humano. En este sentido es importante recordar el descubrimiento de Tormuai que habitó en la región del Chad hace 6 y 7 millones de años y cuyo nombre científico es Sahelanthropus tchadensis; y en el 2002 fue presentado Orrorin tugenensis, conocido como "El hombre del milenio" que posee 6 millones de años de antigüedad, lo que deja en claro que Ardi no es el más antiguo y que lejos de la idea de "eslabón perdido" es un fósil de transición entre los distintos taxones de homínidos.

§ Science