Una de las novelas gráficas más interesantes de los X-men es sin duda "Dios ama, el hombre mata" (X-Men: God Loves, Man Kill) que logra plenamente la reflexión en torno a temas siempre vigentes en la sociedad.

La novela retoma a William Stryker, personaje creado para la historia por Chris Claremont, un militar vuelto predicador el cual conduce su odio a la raza mutante luego de que al nacer su hijo se diera cuenta de que es un uno de ellos.

De esta manera Claremont introduce el racismo, la violencia y el fanatismo en un guión bien elaborado que nos muestra no un villano que desea apoderarse del mundo, ni con superpoderes sino a un reverendo cuyo fundamentalismo religioso es capaz de provocar un odio racial y exarberar a una sociedad que sin juzgar ni criticar obedece ciegamente la palabra del líder religioso.

En tanto los personajes de X-men son llevados a otras instancias pocas veces vistas, Magneto se muestra tan humano como pocas veces se ha logrado al contrario de un Xavier impotente e indefenso que logran llevar al lector en un final desolador y al mismo tiempo lleno de esperanzas.