Un equipo internacional de 41 científicos, ha confirmado que la extinción masiva producida hace 65,5 millones de años, la que terminó con la era de los dinosaurios, fue provocada por el impacto de un asteroide de 12 kilómetros de diámetro en la Península de Yucatán (México). El estudio aporta nuevas evidencias geológicas que fortalecen esta hipótesis.

Fue durante la década de 1980 cuando se comenzaron a realizar los primeros estudios sobre la hipótesis de que un meteorito de grandes dimensiones se había estrellado contra la Tierra hace 65 millones de años, afectando a un 70% de los seres vivos que habitaban en ese momento al planeta. En 1991 en Yucatán (México) se descubría el cráter de Chicxulub de más de 200 kilómetros de diámetro que coincidía con las extinciones. A pesar de las evidencias científicas, algunos sectores de la comunidad científica cuestionaban esta hipótesis del asteroide.


En la búsqueda de más evidencia que fortaleciera este hipótesis un grupo de 41 expertos provenientes de Europa, EE.UU., México, Canadá y Japón presentan en el último número de la revista Science nuevos datos surgidos del estudio de las perforaciones submarinas y de sitios continentales, así como del análisis de la literatura científica sobre el tema. De acuerdo al grupo de investigadores, las hipótesis alternativas no logran explicar la extinción masiva.


El registro fósil demostró un evento de extinción en masa, llamado límite K-T, que afectó de manera global a los seres vivos hace 65,5 millones de años. Tal evento supuso el fin del periodo Cretácico y el inicio del periodo Paleógeno (antes llamado Terciario).

Los fósiles microscópicos

Uno de las pruebas que se aportan en este nuevo estudio proviene de los fósiles microscópicos (los foraminíferos) que permiten datar las rocas sedimentarias donde están contenidos además de permitir reconstruir los ambientes que habitaron. Partiendo de los foraminiferos se dato los sedimentos provenientes del impacto meteorítico en el Golfo de México y el Caribe.

Para tal efecto el estudio de los fósiles microscópicos se centraron en cuatro líneas de investigación: datación precisa de los sedimentos ligados al impacto de Chicxulub y su correlación con el límite K-T; la intensidad y velocidad de las extinciones en torno al límite K-T (es decir, si la extinción fue catastrófica o gradual); la caracterización ambiental de los depósitos generados por el impacto de Chicxulub; y los bruscos cambios ambientales y climáticos que condicionaron la posterior radiación evolutiva de nuevas especies.

En la búsqueda de aportes para la teoría del impacto se obtuvieron resultados de Europa, Sudamérica, el norte de África y diversos sondeos oceánicos, abarcando desde la respuesta de las comunidades marinas a los cambios ambientales desencadenados, incluyendo la intensidad de las extinciones, hasta la radiación evolutiva posterior de nuevas especies.

Mediante el estudio de los foraminíferos se ha podido relacionar el impacto de Chicxulub y la extinción en masa del límite K-T. Corroborando que la extinción fue catastrófica, acontecida en un intervalo de tiempo geológicamente instantáneo, que solo puede ser explicada por el impacto de un asteroide.

La extinción se produjo en un intervalo de tiempo ‘geológicamente instantáneo’ (en menos de uno o dos años). Los cambios ambientales y climáticos, así como las radiaciones evolutivas, ocurrieron después del impacto meteorítico en el límite K-T y no antes, como lo mencionan otras teorías.

Para demostrar los datos fue necesaria una adecuada interpretación de los datos geológicos y paleontológicos, puesto que se manejaban distintas y antagonicas interpretaciones sobre la naturaleza de los sedimentos ligados al impacto de Chicxulub en el Golfo de México, a su edad y, sobre todo, a la velocidad de las extinciones.

Descartando hipótesis alternativas

Para tratar de explicar la extinción masiva ha surgido distintas hipótesis. Dentro de las que más peso han cobrado se encuentra de las causas múltiples, la cual no negaba la existencia de impactos meteoríticos o de otros factores de extinción (por ejemplo, descensos del nivel del mar), y proponía como principal causa el incremento de la actividad volcánica en el área del Deccan (India), a finales del Cretácico. La hipótesis del impacto de Chicxulub quedaba en segundo lugar, ya que se sugería que habría ocurrido 300.000 años antes de la extinción del límite K-T.

De acuerdo a la hipótesis de causas múltiples, las Trampas de Deccan, ahora volcanes inactivos, provocaron una enfriamiento de todo el planeta y una lluvia ácida, los cuales se consideraban causantes de la extinción masiva.

No obstante tal hipótesis no es considerada viable para el equipo de investigadores. Los sedimentos obtenidos de Chicxulub han demostrado que mecanismos como el descenso de 1.000 metros en el nivel del mar en un corto espacio de tiempo, es “técnicamente imposible”.

Un impacto superior al de una bomba átomica

Los modelos sobre el impacto en Chicxulub detallan que desató una energía similar al de un millón de veces superior a la bomba atómica con mayor potencia. Un impacto de esta naturaleza eyecto a la atmósfera material a altas velocidades y provocoó un terremoto superior a 10 en la escala Richter,  colapsó plataformas continentales, produjo deslizamientos de tierra, corrimientos, movimientos en masa y tsunamis. También habría creado un secuencia de depósitos gruesa y compleja cerca de Chicxulub.

Al respecto si se dean reconstruir los eventos que sucedieron al impacto, el lugar menos indicado parecer ser Chicxulub, ya que ahí los sedimentos estan más desordenados.

Pese a la evidencia de la actividad volcánica en la India, se observó que los ecosistemas marinos y terrestres tuvieron cambios menores durante el periodo de 500 000 años anterior al límite K-T. En el momento en que se alcanza el límite se observa una disminución en la diversidad biológica.

En lugares lejos de Chicxulub, se muestra evidencia del meteorito que impactó la Tierra exactamente en el límite K-T. Los cambios drásticos de la biosfera ocurren en ese lapso de tiempo. EL impacto del asteroide en sedimentos ricos en azufre ubicados en la región de Yucatán siguen siendo la causa más probable de la extinción masiva.

El estudio también plantea que el impacto fue a una mayor profundidad de lo que se consideraba, liberando vapor de agua y gases de azufre en una tasa mayor a la prevista con anterioridad. Lo cual habría afectado en dos formas: alterando el clima ya que los aerosoles sulfúricos en capas superiores de la atmósfera actáan producen una disminución de la temperatura y el vapor de agua provocaría lluvia ácida al liberar los sulfuros que estan en capas inferiores de la atmósfera.


Referencia

P. Schulte, et al. “The Chicxulub Asteroid Impact and Mass Extinction at the Cretaceous-Paleogene Boundary” Science vol 327, 5 de marzo de 2010.