Créditos: Barry Domínguez
 Es difícil considerar la idea de un México sin Monsiváis, su presencia hasta hoy fue constante, a través de artículos, programas de radio y televisión , conferencias, que ahora en su ausencia hacen difícil asimilar tal idea.

Es a la vez la perdida de una conciencia crítica, defensor de causas justas y que siempre estuvo con los oprimidos, los olvidados, aquellos que solo volteamos a ver por breves instantes a diferencia de Monsiváis que los tomo como estandarte. Una persona que se oponía a las desigualdades, oportuno para denunciar la corrupción, defender interés de la nación sin caer en absurdos nacionalismos.

Narrador ágil, fue la memoria de varias generaciones. Hizo de la crónica el medio para comunicar, en sus palabras “La crónica puede ser un género de la solidaridad –a veces de la impotencia– que le permite a los lectores enterarse de lo que está pasando sin caer en la desesperanza”. A través de la palabra escrita pudo ser la conciencia ética que tanto hace falta en esta época, la que denunció los atropellos a las minorías indígenas, la situación desfavorecida de las mujeres, la corrupción de la elite religiosa y política, que no perdió oportunidad para defender el laicismo.

Por eso, Monsivais es una perdida irrecuperable para un país al que en estos momentos le faltan voces que le indiquen el rumbo a seguir.