Créditos: jlmaral/Flickr

Un estudio genético masivo en personas que han vivido más de 100 años ha encontrado decenas de nuevas pistas sobre la biología del envejecimiento.

Los resultados no se convertirán de un día para otro en elixires para la longevidad ni desentrañar las complejas interacciones entre biología, el estilo de vida y el medio ambiente que en última instancia determina cuánto tiempo -y que tan bien- se vive.

Pero es verdad que ofrecen asideros muy necesario para los científicos que estudian los mecanismos básicos del envejecimiento, que siguen siendo en gran medida inexplicados.

"Esto demuestra que la genética juega un papel muy importante en determinar cuanto vive una persona. Y empieza a ser un rompecabezas sin solución", expresa el gerontólogo Thomas Perl de la Universidad de Bostón."Si empezamos a estudiar los genes y qué hacen, entenderemos mejor la biología de la longevidad extrema".

Publicado el 02 de julio en Science, los resultados provienen de pruebas genéticas de 801 personas inscritas en New England Centenarian Study, el estudio más grande en el mundo de las personas que han vivido más de 100 años.

La gente que ha llegado a tal edad marca tienden a tener vidas que no son sólo excepcionalmente larga, pero con una inusual salud. A diferencia de la mayoría de la gente, rara vez desarrollan enfermedades propias del envejecimiento -tales como enfermedades cardíacas, metabólicas, cáncer y demencia- hasta bien entrado los 90 años. También son más propensos a recuperarse de la enfermedad, en lugar de entrar en una espiral de deterioro de la salud.

Esa manera de envejecimiento es una meta para la mayoría de la gente, y una necesidad de salud pública. La medicina moderna ha tenido éxito en frenar las enfermedades del envejecimiento individual, pero cuando uno se retrasa otra emerje pronto. Los estadounidenses están viviendo más tiempo, pero no más saludables. Casi tres cuartas partes del gasto de salud de EE.UU. ahora pasa al tratamiento de las enfermedades del envejecimiento. Esta proporción va en aumento y es similar en otros países desarrollados.

En la última década, los científicos en estudios de enfermedad en animales han identificado numerosos genes y vías biológicas implicadas en el envejecimiento. La investigación con animales es valiosa, pero el patrón de la longevidad involucra también a personas con larga vida.

Otros estudios sugieren que si alguien vive a sus 80 años es sobre todo una consecuencia de las opciones de estilo de vida de sentido común: beber con moderación, no fumar, un montón de ejercicio, una dieta vegetariana-céntrica y baja tensión. Pero más allá de eso, "la genética juega un papel más fuerte y más fuerte", dijo Perls. Las concentraciones de los perfiles de genes testigo encontrado por su grupo sugieren "que la influencia genética es muy, muy fuerte".

El equipo de Perls estudio los genomas de 801 personas, centrándose en los puntos donde las personas es más probable tengan mutaciones. Se compararon los resultados con las exploraciones del genoma de 926 personas elegidas al azar de la población general. De esto vino una lista de 70 mutaciones en genes  que se encuentran principalmente en personas de vida longeva. Después de comparar los escáneres de genoma de 867 personas con la enfermedad de Parkinson, la lista se redujo a 33 mutaciones claves.

Los investigadores usaron estos resultados para desarrollar modelos estadísticos de los perfiles de genes asociados a la longevidad. Se utilizo para evaluar genomas anónimos de la muestra, el modelo podría predecir si la muestra proviene de una persona centenaria con una precisión de 77 por ciento, lo que subraya la importancia de la genética en largas vidas.

Centenarios también tendían a encajar en uno de los 19 perfiles genéticos diferentes. Algunos de los perfiles de seguimiento con tasas especialmente bajas de enfermedades cardiovasculares, la demencia y la hipertensión o la diabetes, sugiere vías genéticas específicas para las enfermedades.

Perls hizo hincapié en que los perfiles -que venía de raza blanca, y son probablemente diferentes en otros grupos étnicos- no están pensados como pruebas de diagnóstico.

"Estamos muy lejos todavía en comprender como funciona la regulación por tales genes y su integración , no sólo entre ellos sino también con factores ambientales, que juegan un papel importante en este rompecabezas de la longevidad", dijo en una conferencia de prensa.

Otros se mostraron entusiasmados con los resultados, pero haciendo eco en las recomendaciones de Perls.

El neurólogo Donald Ingram del National Institutes on Aging (Instituto Nacional sobre el Envejecimiento) calificó el estudio como un "avance en la genética y estadística", pero que deja sin explicar las influencias ambientales.

De acuerdo con Perls, uno de los resultados más interesantes del estudio es que aproximadamente el 15 por ciento de la población en general tiene algunos de los genes asociados a la longevidad. Sin embargo, sólo uno de cada 6.000 personas viven actualmente más de cien años -muchas menos personas de lo que parece ser sugerido por la genética-.

Algunas de las discrepancias probablemente se pueda atribuir a las normas de cuidado infantil y la salud pública a principios del siglo 20, cuando estos centenarios nacieron, agrega Perls. El estilo de vida y la genética también juegan una parte. Habrá también factores genéticos que se perdieron por el estrecho enfoque del estudio sobre los puntos a analizar.

Según el gerontólogo David Harrison del Laboratorio Jackson , quien calificó los hallazgos como "muy interesante", los investigadores utilizarán animales para explorar el papel de los genes y las vías marcadas en el estudio.

Los resultados también tendrán que ser reproducidos y ampliados en los estudios con más humanos, comenta el gerontólogo Winifred Rossi del Institutos Nacional sobre el Envejecimiento .

"Es un trabajo pionero", añade. "Pero la ciencia no es rápida. Es lenta. Se necesita aún más pasos para llegar a un verdadero avance. Sólo estamos al comienzo de la exploración de la longevidad. "

Referencias:

Sebastiani et al., "Genetic Signatures of Exceptional Longevity in Humans",Science 1 July 2010: science.1190532v1-1190532 DOI: 10.1126/science.1190532

Brandon Keim, "Genetic Secrets of Living to 100", Wired.