Créditos: Kalipedia.
Una drástica recuperación de ratones prematuramente envejecidos apunta a una terapia potencial.

El envejecimiento prematuro puede invertirse reactivando una enzima que protege los extremos de los cromosomas, de acuerdo a lo publicado en un estudio con ratones.

Ratones manipulados que carecían de la enzima telomerasa, envejecieron de forma prematura. Pero volvieron a la salud cuando se volvió a colocar la enzima. El hallazgo, publicado on-line hoy en Nature, apunta a que algunos desórdenes caracterizados por el envejecimiento prematuro podrían ser tratados aumentando la actividad de la telomerasa.

También ofrece la posibilidad de que se ralentice el envejecimiento humano normal reactivando la enzima donde ha dejado de funcionar, agrega Ronald DePinho, genetista del cáncer en el Instituto del Cáncer Dana-Farber y de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston, Massachusetts, que lideró el estudio. “Esto tiene implicaciones para considerar a la telomerasa como en un serio interventor anti-envejecimiento”.

Otros científicos, no obstante, señalan que la carencia de telomerasa en los ratones solo sustituye de forma pobre el proceso normal de envejecimiento. Además, aumentar la telomerasa en humanos podría animar, potencialmente, el crecimiento de tumores.

Juventud eterna

Tras su descubrimiento de la década de 1980, la telomerasa logró una reputación como fuente de la juventud. Los cromosomas tienen extremos de ADN repetitivo, conocidos como telómeros. Cada vez que se divide una célula, los telómeros se acortan, lo cual lleva finalmente a que dejen de dividirse y mueran. La telomerasa evita este declive en algunos tipos de células, incluyendo las células madre, alargando los telómeros, y la esperanza es que activando la enzima se pueda disminuir el envejecimiento celular.

Dos décadas después, los investigadores se están dando cuenta de que el papel de la telomerasa en el envejecimiento es mucho más matizable de lo que se pensaba al principio. Algunos estudios han descubierto una asociación entre los telómeros cortos y la muerte temprana, mientras que otros han fallado al respaldar este vínculo. La gente con enfermedades raras caracterizadas por el acortamiento de telómeros o mutaciones en la telomerasa, parecen envejecer prematuramente, aunque algunos tejidos se ven más afectados que otros.

Cuando se manipula a los ratones para que carezcan completamente de telomerasa, sus telómeros se acortan progresivamente a lo largo de varias generaciones. Estos animales envejecen mucho más rápido que los ratones normales – apenas son fértiles y sufren de enfermedades relacionadas con la edad, tales como osteoporosis, diabetes y neurodegeneración. También mueren jóvenes. “Si observas todos esos datos juntos, llegas a la idea de que una pérdida de telomerasa podría ser un desencadenador importante en el proceso de envejecimiento”, comenta DePinho.

Para descubrir si son reversibles estos drásticos efectos, el equipo de DePinho manipuló a los ratones que tenían la telomerasa inactiva activándola de nuevo, alimentando a los ratones con un compuesto químico conocido como 4-OHT. Los investigadores permitieron que los ratones llegaran a la edad adulta sin la enzima, y luego la reactivaron durante un mes. Evaluaron la salud de los ratones un mes más tarde.

“Lo que realmente sorprendió fue la drástica reversión de los efectos que vimos en estos animales”, señala DePinho. Describe la salida como “casi un efecto ‘Ponce de León’” — una referencia al explorador español Juan Ponce de León, que fue en busca de la mítica Fuente de la Juventud. Las pruebas marchitas volvieron a ser normales, y los animales volvieron a ser fértiles. Otros órganos, como el bazo, hígado e intestinos, se recuperaron de su estado degenerado.

El pulso mensual de telomerasa también invirtió los efectos del envejecimiento en el cerebro. Los ratones en los que se restablecía la actividad de la telomerasa tenían cerebros notablemente más grandes que los animales que aún carecían de la enzima, y las células progenitoras neuronales, que producen nuevas neuronas y apoyan a las células cerebrales, empezaron a trabajar de nuevo.

“Esto nos da un sentido de que hay un punto de retorno para los desórdenes asociados con la edad”, dice DePinho. Merece la pena hacer un seguimiento a los medicamentos que aumentan la actividad de la telomerasa, como potenciales tratamientos para desórdenes raros caracterizados por el envejecimiento prematuro, comenta, y tal vez incluso para condiciones más comunes relacionadas con la edad.

Vínculos con el cáncer

El lado malo es que la telomerasa se muta a menudo en los cánceres humanos, y parece ayudar a que los tumores existentes crezcan más rápido. Pero DePinho defiende que la telomerasa debería evitar que las células sanas se conviertan en cancerosas, evitando el daño del ADN previamente.

David Sinclair, biólogo molecular de la Escuela de Medicina de Boston, está de acuerdo en que hay pruebas de que la activación de la telomerasa podría evitar tumores. Si el tratamiento puede hacerse de forma segura, añade, “podría llevar a avances en la restauración de funciones orgánicas en los ancianos y el tratamiento de una variedad de enfermedades del envejecimiento”.

Otros investigadores tienen mucho menos confianza en que la telomerasa pueda aprovecharse de forma segura. “El rejuvenecimiento de los telómeros es potencialmente muy peligroso, a menos que estés seguro de que no estimula el cáncer”, comenta David Harrison, que investiga el envejecimiento en el Laboratorio Jackson en Bar Harbor, Maine.

Harrison también cuestiona si la carencia de telomerasa en los ratones es un buen modelo para el envejecimiento humano. “No están estudiando un envejecimiento normal, sino en ratones creado mayormente de forma anormal”, señala. Tom Kirkwood, que dirige el Instituto del Envejecimiento y Salud en la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido, está de acuerdo, señalando que la erosión de la telomerasa “seguramente no es la única, o siquiera la causa dominante” del envejecimiento en los humanos.

DePinho dice que está de acuerdo en que hay más cosas en el envejecimiento aparte del acortamiento de los telómeros, particularmente al final de la vida, pero defiende que la terapia con telomerasa podría algún día combinarse con otras terapias que se centren en las rutas bioquímicas del envejecimiento. “Esto puede ser una de las cosas que se necesitan para alargar el tiempo de vida, y extender una vida sana”, comenta.

Referencias: