Créditos: Foundation Wikimedia.
Durante el siglo XIX comenzaron a cuestionarse teorías como el fijismo que sostenía que el mundo desde su creación poco había había cambiado.

Es en esta época en que aparecería Jean Baptiste de Lamarck, uno de los primeros naturalistas que abordaron la extinción de las especies. Al estudiar las ostras fósiles de su colección con ejemplares actuales, considero que las especies habían evolucionado hasta haberse transformado en otras. No había ocurrido una extinción sino sólo una transformación hasta llegar a las especies actuales. No obstante, no explicaba ningún mecanismo que produjera tal cambio para justificarlo recurría a su teoría de uso y desuso, los órganos se ganaban o se perdían por el uso o desuso que le daban.

Tales características se heredaban a sus descendiente, originando con el tiempo los cambios en las especies. Un herbívoro que tuviera que alimentarse de las hojas altas de un árbol, haría que su cuello se comenzará a alargar, para después heredarlo a sus hijos. Con el tiempo surgiría una especie como es la jirafa.

Para poder darle mayor peso a su teoría Lamarck también recurrió al ejemplo de los peces ciegos que habitan ciertas cuevas que justificaba se habían quedado ciego por desuso. Lamarck considero que las especies más avanzadas tenían la habilidad para satisfacer las necesidades y esforzarse hasta lograrlo. Plantas e invertebrados aunque también cambiaban sus respuesta al medio eran inconscientes.

Los argumentos sólo provocaron la burla de Cuvier, Darwin no tardo en criticarlo por considerar que los arboles o gusanos se adaptaban o progresaban.

Pese a las indiferencias y críticas a sus ideas Lamarck paso su vida defendiéndolas, incluso después de perder la vista, que sus ideas no tuvieran difusión y se demostrará con el tiempo que sus afirmaciones estaban equivocadas. Cuvier llegaría a afirmar “Quizá su propia negativa a emplear los ojos para mirar la naturaleza de manera apropiada ha hecho que dejaran de funcionar”.
Destacarían de sus obras “Flora francesa”; sus aportaciones a la Enciclopedia botánica; el tratado “Hidrogeología” sobre la evolución de la Tierra; “Filosofía zoológica” donde propone su teoría de la evolución; e “Historia natural de los animales invertebrados”, una impresionante obra en siete volúmenes.

Lamarck fue el primer científico que se intereso por el tema de la evolución y criticar los dogmas religiosos hasta ese momento aceptados.