Flora intestinal
En un artículo publicado en Science, muestra los resultados del proyecto MetaHIT, donde participan 13 países europeos que investigan el microbioma humano.

De acuerdo a la investigación los seres humanos se clasifican en tres grupos de acuerdo a la flora intestinal, similar a lo que sucede con grupos sanguíneos. Se espera que con esta clasificación sea posible encontrar correlaciones entre salud y el bioma de cada ser humano.

En un inicio los investigadores sugerían que la raza, nacionalidad, entorno o dieta determinaba el microbioma, sin embargo con el desarrollo de las primeras conclusiones confirman que independiente de cualquier factor los seres humanos poseen una bacteria dominante y esta a su vez determinará que bacterias pueden coexistir con ella con lo que se conforma el microbioma de cada ser humano.

Pequeños ayudantes

Los investigadores recientemente han comenzado a apreciar la importancia de las células bacterianas que crecen sobre y en nuestros cuerpos, superando en número a nuestras propias células en alrededor de diez a uno. En los roedores, los microbios del intestino se sabe influyen en el peso y la inmunidad contra la enfermedad (ver "Para los ratones, el intercambio de bacterias fecales puede significar la vida o la muerte ['For mice, swapping fecal bacteria can mean life or death']"). En los Estados Unidos, el Proyecto Microbioma Humano tiene como objetivo catalogar todos los microbios que viven en nuestra nariz, boca, piel, intestino, vías urinarias y genitales, en Europa, la metagenómica del tracto intestinal humano (MetaHIT) Consorcio, el grupo a la que pertenece Erlich, se centra en el intestino.

Para este trabajo, el equipo utilizó pruebas genéticas para identificar a los microbios presentes en muestras de heces de 22 europeos inscritos en estudios de intestino, y se compararon los resultados con muestras de 17 personas en los Estados Unidos y Japón. Al observar la similitud de las muestras fueron, los investigadores encontraron que se agrupaban ordenadamente en tres grupos. "Nos quedamos muy sorprendidos", comento Peer Bork, del Laboratorio Europeo de Biología Molecular en Heidelberg, Alemania, también autor principal del artículo. Aunque el número de muestras en este estudio es pequeño, Bork dijo que su equipo cuenta ahora con los resultados de más de 400 muestras y que la agrupación sigue siendo evidente.

"Me sorprendió demasiado. Pensé que sería mucho más caótico", agrego Brett Finlay, microbiólogo de la Universidad de British Columbia en Vancouver.

Gordo o delgado

El equipo ha nombrado a los grupos empleando el género dominante: Bacteroides, Prevotella y Ruminococcus. Bacteroides se sabe que son buenas en la subdivisión de los hidratos de carbono, por lo que es posible que las personas de este tipo podrían, por ejemplo, tener una mejor lucha con la obesidad, dice Bork. Prevotella tienden a degradar el moco viscoso en el intestino, lo que posiblemente podría aumentar el dolor de tripa. Y algunas células ayudan a Ruminococcus para absorber azúcares, lo que podría contribuir al aumento de peso.

Bork advierte, sin embargo, que cada persona es portadora de una mezcla compleja de tal vez unos pocos miles de especies de bacterias y se sabe muy poco para hacer generalizaciones acerca de las implicaciones de los tipos diferentes de flora intestinal. El equipo, sin embargo, encontró indicios de una enfermedad en particular - Bork aún no se dice cual - que se encuentra sólo en las personas de un tipo de microbioma.

El equipo también tiene una serie de resultados, aún sin publicar de esta relación específica las bacterias del intestino de las especies a las características individuales. "Si tengo una muestra de materia fecal puede decir la edad que tengas", indico Bork. "Eso me parece inútil porque ya se sabe la edad que tienes, pero es la prueba inicial de que tal vez podría ser utilizado para todo tipo de otras cosas". Ehrlich dice que su equipo puede diagnosticar la obesidad con una precisión del 80-85% tomando como referencia las especies de media docena de bacterias.

"La verdadera pregunta es: ¿cuál es el conjunto de genes que necesitamos en nuestras entrañas para estar sano?" añadió Finlay. Que aún no tiene respuesta.

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