"Lo más grande que hay en el mundo, Barón, lo único a través de lo cual puede encontrar el hombre cierta felicidad, es saber que es lo que llaman felicidad."
Mario Vargas Llosa, "La Guerra del fin del mundo"

Ante nosotros se descubre el Brasil del Siglo XIX, el Consejero recorre la Bahía transmitiendo un mensaje de redención y reencuentro con Dios, en tanto a su paso conocemos la miseria y desolación de la región mientras el Consejero reconstruye Iglesias, panteones y anuncia la llegada del Anticristo.

Las nulas esperanzas de quienes escuchan su mensaje hacen que abandonen sus pocas pertenencias y se sumen a su cometido, de pronto no serán cientos sino miles los que acompañen al Consejero hacia el destino final: Canudos, la nueva Jerusalen.

Con un destino y una misión, acabar de una vez por todas con el Anticristo: la recién formada República de Brasil, el Consejero hará de Belo Monte o Canudos la tierra prometida para todos aquellos que creen en su mensaje.

Tales eventos no pasarán desapercibidos por los dos partidos que se disputan el poder de la República, conservadores y republicanos tratarán de emplear a Belo Monte para sus propósitos, sea fortalecer o acabar de una vez con la recién formada nación.

Es así que transcurren dos expediciones militares, con nulos resultados, hasta que la República envía a la mejor unidad militar con la que cuenta, el Séptimo Regimiento de Brasil al mando del Coronel Moreira César.

Estamos de esta forma ante la gran batalla, una que hipnotiza y encanta, donde deambulan sentimientos y causas, historias que cautivan no sólo por el contexto en el cual se desenvuelven sino también por las razones y causas que conducen los actos de cada uno de los principales actores en esta la guerra, la última antes del fin del mundo.