Un diente incrustado en la cola de un hadrosaurio muestra que el T. rex cazaba, no sólo era carroñero.

T. rex. Créditos: Jeff /Flickr.

El  Tyrannosaurus rex vuelve a recuperar su papel de tirano, luego de momentos en que grupos de investigadores sugirieran que no era un cazador o que su cuerpo esta cubierto de plumas.


El grupo de palontólogos (que incluye al conocido Jack Horner) consideran que el tiranosaurio era inadecuado para la caza, siendo más porbable su papel como saqueador de carroña, debido en parte a su voluminoso tamaño. Una opinión que sin duda no alegró a más de uno.


La propuesta ha sido desde entonces un debate constante. Existe evidencia que muestra como distintos dinosaurios fueron alimento del Tyrannosaurus pero no hay sólidos argumentos que permitan explicar como acabaron siendo sus presas. Las marcas de dientes pueden señalar que es un carnívoro, pero al mismo tiempo deja la sospecha: ¿fue resultado de una caza o ya estaba muerto cuando se volvió alimento?

La forma más clara de mostrar la diferencia entre ambas es evidencia de un altercado en el cual la presa haya sobrevivido. Las heridas cicatrizadas lucen diferentes las mortales, Pero inclusive descubriendo tales cicatrices, es aún difícil saber quien fue el predador.

Cuando el equipo de paleontólogos que trabajó con rocas del Cretácico Tardío en la Formación Hell en Dakota del Sur encontraron un par de vertebras fusionadas y entre el crecimiento de estas, los restos de un diente, no puede imaginar la emoción que desperto su hallazo.

Las vertebras provenían de la cola de un hadrosario (también llamado dinosaurio con pico de pato) y más aún el diente, era de un tiranosaurio. Al observar de cerca el hueso se podía deducir que el T. rex lo había perdido al hundirlo en la cola del hadrosaurio, que luego se infecto antes de sanar. Tomando en cuenta a los animales modernos y fisiología de dinosaurios, se estima que la curación debió durar al menos varios meses o años.

Lo interesante del descubrimiento, no sólo es el hecho de que se confirma que el T. rex cazaba, sirve también para conocer sobre como lo hacía. Los investigadores señalan que las estrategias de los grandes predadores es sorprender a su presa con un ataque a sus patas traseras, evitando la fuga. Al menos en este caso el Tiranosaurio atacó al hadrosaurio por la parte trasera, en lugar de ir por la parte posterior de su cuello o su garganta.

Además la investigación sobre la cadena alimenticia en la época Cretácico, situa al T. rex como un depredador y no como carroñero, debido a la abundancia de alimento y a su gran tamaño. Se requería una gran cantidad de animales muertos para alimentar a toda la población de T. rex.


Por esta razón el hallazgo en Dakota aporta evidencia sólida del Tiranosaurio como un cazador, aunque para ello tengamos que acostumbrarnos visualizarlos con plumas (incluso pelos). Pero el rey seguirá siendo el rey.

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