"Si los hombres se odian, nada se puede hacer. Todos seremos víctimas de los odios. Todos nos mataremos en guerras que no deseamos y de las que no tenemos responsabilidad. Nos pondrán delante de los ojos una bandera, nos llenarán los oídos de palabras. ¿Y para qué? Para crear la simiente de una nueva guerra, para crear nuevos odios, para crear nuevas banderas y nuevas palabras. ¿Para esto servimos? ¿Para hacer hijos y lanzarlos a la batalla? ¿Para construir ciudades y arrasarlas? 
¿Para desear la paz y tener la guerra?"

 Jose Saramago, "Claraboya"

La primera novela que escribió José Saramago, no pudo en su momento estar en la calle, ante la negativa de la editorial en 1953, esta luego sería extraviada sumiendo a su autor en una aparente desilusión hasta que al pasar 24 años publica su segunda novela, no había nada que decir, sentencia respecto al silencio que lo sumió durante cerca de tres décadas.

Claraboya es entonces una de las últimas novelas publicadas pero al mismo tiempo es una de sus primeras. Tenemos ante nosotros los primeros esfuerzos de Saramago por crearse un voz propia, que no obstante se muestra de forma sólida como una premonición de lo que serán sus futuros libros. Basta leer la última conversación entre el zapatero y Abel para dilucidar el potencial que ya mostraba de forma magistral el autor.

Son sus personajes, a los que recurre de forma constante los que ya se asoman en estas novelas; de capítulo en capítulo pasamos de ser meros observadores a situarnos como testigos de sus vidas cotidianas, pasamos de conocer sus frustraciones a sus ilusiones, las añoranzas de lo que pudo ser y la esperanza por lo que vendrá. Aunque los diálogos aún son cortos, inclusive tienen guiones, no será necesario leer en voz alta como recomendaba Saramago para poder comprender sus libros.

De esta forma Claraboya se vuelve la novela perfecta para poder introducirse en el mundo de uno de los más prolíficos escritores y figuras claves de la literatura universal.