"La palabra le fue dada al hombre para disfrazar el pensamiento"
(José Saramago, El año de la muerte de Ricardo Reis)

Fernando Pessoa, quien durante su vida fue periodista, es el hombre de los mil y un heteronimias, en realidad sólo conocemos 72, no escribía bajo pseudonimos, sino creaba personajes, cada uno con una personalidad bien definida, una vida y diferente al resto. Uno de los tantos heterónimos que adoptó fue Ricardo Reis, siendo este el protagonista de la novela El año de la muerte de Ricardo Reis.

Saramago parte del destierro voluntario que había realizado Ricardo Reis a Brasil, para con ello narrar su regreso a Portugal, construyendo una historia donde la creación, en este caso Reis, sobrevive al creador: Pessoa.

La historia no se reduce a los encuentros entre Pessoa y Reis, sirve también para conocer a la Lisboa de inicios del siglo pasado, una melancólica y nostálgica ciudad donde la tristeza se funde con el agua de lluvia que parece que nunca se detiene. Entre este espacio Ricardo irá conociendo el amor de la mano de Lidia, empleada del hotel y más tarde de Marcenda, pero también servirá para reflexionar la vida y los abusos del poder, puesto que los eventos ocurren en una ciudad donde el autoritarismo se ha apropiado del espacio público y sus secuelas se observan en las calles donde la pobreza acompañada de miseria deambulan sin el menor recato.

El año de la muerte de Ricardo Reis es un homenaje de Saramago hacia Pessoa, son múltiples las referencias que el autor retoma, varios diálogos no son más que adaptaciones de poemas que Fernando durante su vida escribió, de tal forma que se va recreando una sólida historia donde la soledad y el tiempo se van diluyendo en la muerte.