Un estudio sugiere que la transferencia de genes condujo a una liberación repentina de metano hace 252 millones de años, lo que produjo una de las mayores extinciones en la Tierra.

Methanosarcina arqueas visto bajo un microscopio electrónico de barrido. Créditos: Flicr/Dick Sinister.
La liberación de metano producida por un grupo de microbios pudo haber estado detrás de la "Gran Mortandad", un evento de extinción masiva que acabó con el 90% de todas las especies en la Tierra hace 252 millones de años. La investigación sugiere que los organismos adquirieron la capacidad de consumir notables cantidades de alimentos y a toda velocidad, causando un desequilibrio catastrófico para el clima.

Como se sabe los microbios han tenido efectos en la geología del planeta y la vida, a través de los productos químicos que consumen y liberan. Un ejemplo fue la producción ambientes ricos en oxígeno que produjeron la evolución de seres vivos complejos, también llamado este proceso "Gran evento de oxigenación". Pero como pueden ser benéficos también pueden ser catastróficos.

Rothman, quien dirigió el estudio, junto con sus colegas, analizaron las causas de la gran mortandad, que tuvo lugar a finales del periodo Pérmico. La evidencia geológica muestra que el evento estuvo acompañado de un letal calentamiento global y una acidificación de los océanos. Su orígenes hasta ahora discutidos, destaca la propuesta principal de los volcanes siberianos.

El estudio publicado en Proceedings of the National Academy de Sciences, muestra una nueva faceta  de cómo ocurrió la extinción. En días previos a la misma, grandes cantidades de materia orgánica se acumularon en los sedimentos oceánicos, un gran platillo sin comensales hasta ese momento.

Pero pronto ese escenario cambió. Lo océanos son el el hábitat para seres unicelulares conocidos como arqueas. Algunos de ellos conocidos como Methanosarcina, consumen grandes cantidades de compuestos de carbono y liberan metano. No obstante no tenían la capacidad de producir acetato, uno de los principales compuestos que forman las reservas de sedimentos. Pero hace 250 millones de años ocurrió una transferencia de genes y las bacterias comenzaron a procesar acetato, justo en el momento de la gran extinción masiva.

Señalando a responsables


Tal evento evolutivo pudo haber desencadenado una prodigiosa floración microbiana, con su consecuente descarga de metano, bien conocido como gas de efecto invernadero todo a raíz de que Methanosarcina pudo alimentarse de los restos orgánicos. Mediante el uso de las matemáticas, se descubrió que algunos gases, uno de ellos el metano, aumento de forma exponencial: La actividad microbiana y no el vulcanismo, parece ser la mejor explicación para este fenómeno.

No obstante los volcanes siberianos aún tiene su papel en la historia. Posiblemente son ellos quienes son responsables del incremento de níquel en depósitos oceánicos. Este metal es crucial para la producción de enzimas que participan en la producción de metano. La disponibilidad de níquel es un factor limitante para el desarrollo de tales microorganismos, por lo que el níquel pudo haber sido una causa para que el Methanosarcina se saliera de control y con ello produjera la muerte de otras especies.



Ahora bien si el metano es el responsable de la Gran Mortandad, no esa claro aún la última instancia que llevó a la extinción masiva. El aumento de metano pudo haber acabado con la vida, causando una toxicidad de sulfuro de hidrógeno en los océanos; en la tierra los seres vivos sufrieron la falta de oxígeno y la acificación produjo la capacidad en las criaturas para desarrollar una concha.


Los hechos muestran entonces como un sólo ser vivo puede ser capaz de cambiar la vida en la Tierra y muestra la posibilidad de que vuelva a ocurrir.

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