La ciencia está siempre empujando los límites de las teorías aceptadas hasta que nos encontramos con que ya no funcionan. Y los últimos resultados del CERN indican que podríamos estar al borde de una nueva física.

Los datos que no concuerdan corresponden a una partícula en especial llamada mesón B. La teoría actual de la física de partículas, el Modelo Estándar, tiene predicciones muy específicas sobre la frecuencia y el ángulo en el que se desintegra el mesón B, pero no coincide con lo que se ha visto en los experimentos.
Simulación por computadora de una rara desintegración de un Mesón B en el experimento LHCb. Créditos: CERN.

El modelo estándar coloca a todas las partículas subatómicas conocidas en una única teoría. Hay seis quarks (up, down, charm, strange, top, bottom), seis leptones (electrones, muones, tau, y sus correspondientes neutrinos), partículas portadoras de fuerza (gluones, fotones, Z y bosones W) y el Higgs Higgs. El mesón B está hecho formado por un quark down y un antiquark bottom, y una vez formado, se descompone en 0,0015 nanosegundos.

Los mesones B pueden decaer en conjuntos diferentes y específicos de diversas partículas. Según el modelo estándar, estas partículas tendrán una cierta energía y serán formados en un ángulo determinado. Sin embargo, experimentos encontraron evidencia de un tipo de desintegración que no se ha visto antes y que no fue predicha por el modelo.

Hasta hace poco, todas las mediciones coincidían con las predicciones del modelo estándar. Sin embargo, sabemos que el modelo estándar no puede explicar todas las características del universo, ¿Cómo porque la materia domina sobre la antimateria en el universo?, ¿qué es la materia oscura? Esas preguntas siguen sin respuesta. Aún más, la fuerza que todos experimentamos todos los días, la gravedad, ni siquiera se incluye en el modelo.

Si bien este trabajo, publicado en Journal of High Energy Physics, es sin duda prometedor, la detección no es todavía un descubrimiento. La señal que se observó tiene un nivel de confianza de 3.4 sigmas. Los físicos sólo aceptan un descubrimiento después de que pase la marca de 5 sigma, lo que significa que tenemos una probabilidad de menos de uno en 3.5 millones de que el descubrimiento sea una casualidad.

El CERN ha comenzado una nueva ronda de colisiones de alta energía que espera ofrecer una mirada profunda en el potencial nuevo mundo más allá del Modelo Estándar.

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