El grupo de investigadores que esta detrás de LIGO anunció la detección por segunda vez de ondas gravitatorias. Este segundo evento también tiene que ver con la colisión de dos agujeros negros.

La colisión se produjo el pasado 26 de diciembre, se le ha llamado GW151226 y ocurrió enmedio de las fiestas decembrinas, cuando aún se trabajaba en el análisis del primer evento detectado en septiembre.
Onda gravitacional. Créditos NASA.
Este segundo evento surgió por el choque de dos agujeros negros con una masa de 14 y 8 masas solares, a 1,400 millones de años luz, por la distancia a la que ocurrió se tuvo un registro débil, similar a la detección de septiembre.

No obstante la duración de la señal fue mayor a la primera: un segundo frente a un quinto de segundo de la previa; 27 órbitas frente a una. Lo que ha permitido conocer a la velocidad a la que se movían los dos cuerpos antes de que se generará un solo agujero negro. Se sabe que uno de los agujeros tenían un spin de 0.2, una rotación de undécimo de la velocidad de la luz, el ahujero resultante posee un spin de 0.7.

La evidencia comprueba lo predicho por la Teoría de la Relatividad, explica que cuando dos cuerpos masivos como lo son agujeros negros, orbitan alrededor de un centro de masas común, pierden energía en forma de ondas gravitacionales, lo que hace que se acerquen aún más. En la fase final de su acercamiento se mueven a velocidades relativas a la velocidad de la luz y la emisión de ondas gravitacionales aumento; es en esta fase cuando el detector Ligo puede identificar tales eventos.

El descubrimiento de este fenómeno implica que la colisión de agujeros negros es un evento mucho más frecuente de lo que se imaginaba, pero será en un futuro cuando la detección de LIGO mejoré que se conozca con completa seguridad la estadística de las colisiones.

Referencia:

B. P. Abbott et al, "Observation of Gravitational Waves from a 22-Solar-Mass Binary Black Hole Coalescence", Phisical Review Letter.