El pan de muertos es uno de los elementos imprescindibles de una ofrenda que se coloca durante las festividades en honor a los muertos.

Su origen se remonta a la época prehispánica, cuando se empezó a colocar en las ofrendas aunque era preparado con semillas de amaranto, las cuales eran molidas y tostadas. Se solía también bañar en sangre de las personas sacrificadas en honor a Izcoxauhqui o Huehuetéotl.

Pan de muerto. Créditos: Dega86/ Wikimedia Coomons. CC BY-SA 4.0
Con la conquista religiosa y militar los españoles rechazaron la elaboración de este y promovieron en su lugar un pan elaborado de trigo, con forma de corazón, el cual era bañado en azúcar y decorado en rojo para simular los sacrificios además de que era comestible. Aunque conservaba algunos elementos de los pueblos conquistados como una bola en la parte superior, al centro que representa un craneo y canillas que simbolizan los huesos que señalan a las cuatro direcciones.

Pan de muerto en la actualidad

El pan de muerto es uno de los elementos con más variaciones, en la región del centro es un pan sencillo bañado en azúcar, en esta región también se sigue haciendo el pan tradicional que es un pan sencillo. En la región de Michoacán su tonalidad es cafe brilloso, con forma redonda y que en ocasiones tiene dedicatoria.

Mientras que en Puebla es un pan decorado con ajonjoli o azúcar pintada de rojo, que procede de la región mixteca de este estado.

En Oaxaca se elabora como el pan de yema, con incrustaciones de una figura de alfeñique que se dedica al difunto. También en este estado es la regañada, un pan de pasta en hojaldra.