Matemáticos de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Daniel Mansfield y Norman Wildberger, descubrieron al realizar un análisis de una antigua tableta cuneiforme llamada Plimpton 322, la cual fue escrita entre 1822-1762 aNE en la ciudad de Larsa. Su descubrimiento publicado en Historia Mathematica muestra como está contiene cuatro columnas y 15 filas de números siguiendo el sistema sexagesimal. Las cifras que en la tablilla aparecen muestran una secuencia de quince triángulos rectángulares.
Lo que dificultaba entender esto antes era la completa falta de familiaridad del sistema trigonométrico de los babilonios. Utilizamos el sistema griego, el cual describe triángulos usando ángulos que se derivan de poner el triángulo dentro de un círculo. Los babilonios, en cambio, utilizaron relaciones de las longitudes del triángulo para determinar su forma. Lo hicieron poniendo el triángulo dentro de un rectángulo y añadiendo las relaciones de seno coseno y tangente, que son la clave de la trigonometría de hoy.
Ternas pitagóricas
La tablilla muestra ternas pitagóricas, relaciones de tres números (x,y,z))donde se cumple la condición de x2 + y2 = z2, por ejemplo 32 + 42 = 52 aunque con valores a partir de 119, 120 y 169.
La información sobre estas relaciones se dividen en tres columnas de números exactos. Además su trigonometría no parte de angulos por lo que su comprensión es más sencilla al no recurrir por ejemplo a números irracionales.
Además hay muchas ventajas para el sistema babilonio de trigonometría, puesto que el sistema de números base 60, o sexagesimal, es mucho más preciso que el sistema decimal al que estamos acostumbrados. Eso es porque no hay aproximaciones en la trigonometría babilónica. La base 60 permite a los matemáticos hacer más con números enteros. Por supuesto hay un montón de desventajas con un sistema sin números imaginarios y decimales. Pero es perfecto para lo que los babilonios estaban haciendo: la construcción de grandes edificios, el cálculo de la pendiente y la medición de las tierras para uso agrícola.
Nadie está seguro de porqué el sistema de trigonometría de Babilonia se extinguió, a pesar de que conservamos el conocimiento de cero y el sistema de base 60, aunque su descubrimiento tiene posibles aplicaciones en topografía, gráficos por computadora y la educación. Es un recordatorio de que los avances intelectuales pueden ser olvidados durante siglos, sólo para reaparecer en una nueva forma.
Referencia:
- Annalee Newitz, "The Babylonians discovered a strange form of trigonometry", Ars Technica.
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