"Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia,
pudo subir al alto cielo.
A la vuelta contó. Dijo que habÃa contemplado desde arriba, la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales.
A la vuelta contó. Dijo que habÃa contemplado desde arriba, la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales.
Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento,
y gente de fuego loco que llena el aire de chispas.
Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman;
pero otros arden la vida con tanta pasión
que no se puede mirarlos sin parpadear,
y quien se acerca se enciende."
Galeano nos trajo este libro para los momentos bajos de la existencia; doscientos diferentes relatos componen "El libro de los abrazos", son en realidad pequeños abrazos que acarician en torno a lo humano: el arte, los sueños, la palabra, el silencio pero también lo que nos aqueja: el exilio, el consumo, el terror y la muerte.
Como toda la obra de Galeano es sumergirse en mundos donde la palabra es puente para unirnos, que busca y rescata lo cotidiano tomándolo como quien se acerca a la arcilla y lentamente la prepara hasta volverla porcelana.
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