Los primeros haces de protones estables del año han llegado al CERN.
La física de partículas tiene una temporada, como si se tratará del fútbol. El funcionamiento de un colisionador de partículas masivas requiere demasiada energía, por lo que los operadores programan un tiempo de inactividad durante períodos en que la demanda local de energía tiende a ser alta. Para el Colisionador de iones pesados ​​de Brookhaven, ubicado en Long Island, eso significa que el verano no es su época cuando el aire acondicionado es cotidiano. Para el Large Hadron Collider del CERN, la demanda de calefacción en invierno es lo que marca sus estaciones.
Detector ATLAS durante su construcción. Créditos: CERN.

Y por fortuna en el Hemisferio Norte, el invierno ya ha terminado. Es la temporada de partículas de nuevo, y los primeros haces de iones comienzan a moverse en el LHC.

La pausa del invierno 2016/2017 fue mucho más corta que el período de dos años de inactividad que vivió el LHC durante su actualización para manejar colisiones con energías de 13 TeV. Sin embargo, las personas que actualizan el hardware utilizan las pausas de invierno para hacer mantenimiento y algunas mejoras menores. Por lo tanto, cada primavera, pasan por el proceso de revisión del hardware y asegurarse de que todo está funcionando correctamente antes de iniciar cualquier colisión.

El proceso aparentemente no tuvo problemas, ya que la primera revisión de la estabilidad de haces se realizó en poco tiempo. Debido a la naturaleza tentativa del reinicio, los haces eran relativamente pequeños. Cada uno de los dos "haces" del colisionador posee realmente de racimos de protones y el LHC es capaz de manejar un haz con más de mil racimos. Los haces de hoy sólo tenían tres racimos en cada uno. Así, mientras los cuatro detectores del LHC están recolectando datos, es sólo una pequeña cantidad en este momento; Los operadores aumentarán el número de haces en las próximas semanas.

La carrera de este año tratará de obtener la mayor cantidad de colisiones posible usando el hardware existente. Mediante el aumento del número de colisiones, los físicos tendrán la oportunidad de estudiar el bosón de Higgs con más detalle y echar un vistazo a algunos comportamientos extraños de partículas descubiertos en años anteriores. Salvo un catastrófico fracaso, la obtención de datos continuará durante todo el verano y hasta el otoño.

Las rarezas empezarán a surgir a partir de análisis más profundos de los datos del LHC. El Colisionador realizará un seguimiento en tiempo real para poder consultar lo que sucede dentro de este experimento.

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